Tratamiento VIH: lo que necesitas saber para controlar el virus
Si te han diagnosticado VIH, lo primero que te viene a la cabeza es la terapia antirretroviral. No es una novedad, pero la información a veces está dispersa y confunde. Aquí te explicamos de forma clara qué es el tratamiento, cómo se elige y qué puedes hacer para que funcione bien.
Tipos de antirretrovirales y cómo actúan
Los fármacos contra el VIH se agrupan en cinco familias principales. Cada una ataca al virus en una fase distinta de su ciclo:
- Inhibidores de la transcriptasa reversa nucleósidos (ITRN): bloquean la copia del material genético del VIH.
- Inhibidores de la transcriptasa reversa no nucleósidos (ITRNN): se unen a la enzima y la impiden trabajar.
- Inhibidores de la proteasa (IP): evitan que el virus forme nuevas partículas completas.
- Inhibidores de integrasa (II): impiden que el material viral se integre en el ADN de tus células.
- Inhibidores de entrada o fusión: impiden que el virus penetre la célula.
La mayoría de los pacientes siguen una terapia antirretroviral combinada (TARGA), que incluye de tres a cuatro fármacos de distintas familias. Esta combinación reduce la posibilidad de que el virus desarrolle resistencia.
Cómo funciona la terapia y qué esperar
Cuando tomas los medicamentos según lo prescrito, el nivel de carga viral (cantidad de VIH en sangre) cae rápidamente. En la mayoría de los casos, en tres a seis meses la carga se vuelve indetectable, lo que significa que el virus sigue ahí pero en niveles tan bajos que no se transmite y no daña tu sistema inmunitario.
Lograr y mantener la carga indetectable depende de la adherencia. Tomar cada dosis a la hora correcta, sin saltarse ninguna, es la clave. Un estudio español mostró que la adherencia del 95 % o más evita la resistencia en más del 90 % de los casos.
Los efectos secundarios pueden variar. Algunos pacientes sienten náuseas, cansancio o cambios en la grasa corporal al inicio. En la mayoría de los casos estos síntomas desaparecen con el tiempo o ajustando la dosis. Si notas algo inesperado, avisa a tu médico antes de cambiar el tratamiento por tu cuenta.
Control médico y pruebas de seguimiento
El control regular es parte del tratamiento. Se hacen análisis de sangre cada 3‑6 meses para medir la carga viral y el recuento de CD4 (células que indican la salud del sistema inmune). Si la carga vuelve a subir o el recuento de CD4 baja, el equipo médico puede cambiar la combinación de fármacos.
Además, es importante revisar la función renal, hepática y los lípidos, ya que algunos antirretrovirales pueden afectar estos parámetros. Mantener una dieta balanceada, hacer ejercicio y evitar el consumo excesivo de alcohol ayuda a minimizar riesgos.
Consejos prácticos para vivir con VIH
- Usa recordatorios: alarmas en el móvil o pastilleros semanales evitan olvidos.
- Habla con tu médico ante cualquier efecto inesperado; no suspendas el tratamiento sin consultar.
- Cuida tu salud mental: el apoyo psicológico o grupos de pacientes reduce el estrés y mejora la adherencia.
- Practica sexo seguro hasta que tu carga sea indetectable y sigue las recomendaciones de tu especialista.
- Informa a tus seres cercanos si te sientes cómodo; el respaldo de la familia o amigos marca la diferencia.
En resumen, el tratamiento VIH es una combinación de medicamentos que, bien tomados, hacen que el virus sea indetectable y te permita llevar una vida normal. La clave está en la adherencia, los controles médicos y un estilo de vida saludable. Si tienes dudas, tu equipo de salud está para ayudarte; no lo dudes y mantén la conversación abierta.