Flatulencia: cómo entender y controlar el gas intestinal

¿Te sueles preguntar por qué a veces sientes un vientre hinchado y sueltos ruidos? Es la flatulencia, esa producción de gases que todos experimentamos. No es algo raro, pero sí puede ser molesto y a veces indicar que algo en tu dieta o salud no está del todo bien.

El gas en el intestino proviene de dos fuentes principales: el aire que tragas al comer o beber y la fermentación de los alimentos por la flora bacteriana. Cuando los alimentos no se digieren bien, las bacterias los descomponen y liberan gases como metano, hidrógeno y dióxido de carbono.

Principales causas de la flatulencia

Algunos alimentos son conocidos por generar más gas: legumbres, brócoli, coles de Bruselas, cebolla, ajo, bebidas carbonatadas y productos integrales. Además, el exceso de azúcar, los edulcorantes artificiales (como sorbitol) y los lácteos en intolerantes a la lactosa aumentan la producción de gas.

Otros factores que favorecen la flatulencia son comer demasiado rápido, mascar chicle, fumar o beber con sorbete, ya que incrementan la cantidad de aire que tragas. El estrés también afecta al tránsito intestinal, lo que puede traducirse en más gases.

En algunos casos, la flatulencia está relacionada con problemas de salud como el síndrome del intestino irritable (SII), la enfermedad celíaca, la mastitis o la infección por Helicobacter pylori. Si notas dolor intenso, pérdida de peso o sangre en las heces, lo mejor es consultar al médico.

Tratamiento y hábitos para reducir el gas

Lo primero es identificar los alimentos que te provocan más molestias y reducir su consumo. Llevar un diario alimentario ayuda a detectar patrones. Si no puedes eliminar por completo ciertos alimentos, prueba a cocinarlos bien o a remojar las legumbres antes de cocinarlas.

Beber suficiente agua facilita la digestión y evita la constipación, que a su vez empeora la flatulencia. El ejercicio regular, aunque sea una caminata de 30 minutos, estimula el movimiento intestinal y ayuda a expulsar el gas de forma natural.

Los probióticos pueden equilibrar la flora intestinal y disminuir la producción de gases. Busca yogur con cultivos vivos o suplementos que contengan Lactobacillus y Bifidobacterium. Sin embargo, no todos los probióticos son iguales; elige los que tengan evidencia clínica.

En caso de intolerancia a la lactosa, opta por leches sin lactosa o alternativas vegetales como la leche de almendras o avena. Si sospechas de intolerancia al gluten, una dieta sin gluten bajo supervisión médica puede marcar la diferencia.

Para aliviar los síntomas rápidamente, la simeticona (presente en comprimidos anti‑gases) actúa reduciendo la tensión de las burbujas de gas, facilitando su expulsión. También puedes probar con té de menta o de hinojo, que tienen propiedades carminativas.

Si la flatulencia persiste pese a estos cambios, es útil consultar a un profesional. El médico puede solicitar pruebas como la prueba de hidrógeno en aliento o evaluar la necesidad de tratamientos específicos para el SII o la disbiosis.

En resumen, la flatulencia es un proceso normal que se vuelve problemático cuando es excesiva o dolorosa. Identificar los alimentos desencadenantes, adoptar hábitos de alimentación consciente y apoyar la salud intestinal con probióticos y ejercicio suele ser suficiente para volver a sentirte cómodo.

¿Listo para probar estos consejos? Empieza por anotar lo que comes durante una semana y observa cómo reacciona tu cuerpo. Con pequeños ajustes podrás decir adiós a los molestos gases y disfrutar de tus comidas sin miedo al sonido del estómago.

Gaspar Medrano 0 24 jun 2025

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