Riesgo hereditario del Parkinson: lo que debes saber

Si tienes familiares con Parkinson, es normal que te preguntes si tú también puedes desarrollarlo. No todos los casos son genéticos, pero la herencia sí aporta una parte del riesgo. En esta guía te explico, sin vueltas, qué papel juegan los genes, cómo identificar una predisposición familiar y qué puedes hacer hoy mismo para minimizar la probabilidad.

¿Cuánto influye la genética?

Los estudios muestran que entre el 10% y el 15% de los pacientes con Parkinson tienen algún antecedente familiar directo. Existen al menos 20 genes asociados, como LRRK2, SNCA y Parkin. Tener una mutación en alguno de ellos no garantiza la enfermedad, pero sí eleva el riesgo frente a la población general. La mayoría de los casos siguen siendo esporádicos, es decir, sin causa genética conocida.

Pasos prácticos para reducir tu riesgo

1. Conoce tu árbol genealógico: habla con tus padres y abuelos sobre enfermedades neurológicas. Anotar quién ha tenido Parkinson o síntomas relacionados te ayuda a evaluar el riesgo real.

2. Hazte pruebas genéticas si procede: si varios miembros de tu familia están afectados, un médico especializado puede recomendarte un test de mutaciones conocidas. El resultado te permite tomar decisiones informadas.

3. Cuida tu estilo de vida: aunque la genética no se puede cambiar, factores como la actividad física regular, una dieta rica en antioxidantes y evitar pesticidas pueden disminuir la incidencia. Caminar, nadar o hacer ciclismo al menos 150 minutos por semana está relacionado con una mejor salud cerebral.

4. Controla el estrés y la salud cardiovascular: la presión alta, la diabetes y el tabaquismo incrementan el riesgo de Parkinson. Mantén la presión bajo control, controla el azúcar y reduce o elimina el cigarro.

5. Consulta a un neurólogo al notar temblores, rigidez o problemas de movimiento. Un diagnóstico temprano permite iniciar tratamientos que retrasan la progresión.

Recuerda que la herencia es solo una pieza del rompecabezas. Conocerla te da la oportunidad de actuar sobre los factores modificables. No dejes que la incertidumbre te paralice; usa la información a tu favor y toma decisiones que cuiden tu cerebro a largo plazo.