Enfermedad Arterial Periférica: Síntomas, Diagnóstico y Tratamiento

Enfermedad Arterial Periférica: Síntomas, Diagnóstico y Tratamiento
Gaspar Medrano 4 dic 2025 1 Comentarios

¿Qué es la enfermedad arterial periférica?

La enfermedad arterial periférica (EAP) es una condición en la que las arterias que llevan sangre a las piernas, los brazos o la cabeza se estrechan por acumulación de placa grasosa. Esto reduce el flujo sanguíneo, especialmente cuando el cuerpo necesita más oxígeno, como durante el caminar o subir escaleras. Afecta a unos 8,5 millones de personas en Estados Unidos, y más del 15% de los adultos mayores de 65 años la padecen. Muchos no saben que la tienen porque los síntomas iniciales son leves o se confunden con el envejecimiento normal.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

El síntoma clásico es la claudicación: dolor, pesadez o calambres en los músculos de las piernas que aparece al caminar y desaparece al descansar. Esto ocurre porque los músculos no reciben suficiente sangre durante el esfuerzo. Aproximadamente el 10% de las personas con EAP tienen este síntoma. Pero muchos otros no sienten nada al principio.

En etapas avanzadas, los síntomas se vuelven más graves: dolor en las piernas incluso en reposo, heridas que no cicatrizan, piel fría o de color azulado, pérdida de vello en las piernas, uñas de los pies gruesas y que dejan de crecer, y en hombres, disfunción eréctil (presente en hasta el 75% de los casos). La piel puede volverse brillante y fina, y los pulsos en los pies se vuelven débiles o inaudibles. Si no se trata, puede llevar a gangrena y amputación.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad arterial periférica?

El primer paso es una evaluación clínica: el médico revisa tus síntomas, palpa los pulsos en los pies y mira la piel. Pero el examen definitivo es el índice tobillo-brazo (ITB). Este test mide la presión arterial en el tobillo y la compara con la del brazo. Si el ITB es menor o igual a 0,90, tienes EAP. Es rápido, no invasivo y preciso en el 95% de los casos.

En personas con diabetes o enfermedad renal crónica, las arterias pueden estar calcificadas y no comprimibles. En esos casos, se usa el índice dedo-pie-brazo (IDB), donde un valor menor a 0,70 indica enfermedad. La ecografía Doppler también se usa para ver el flujo sanguíneo y localizar obstrucciones. Tiene una precisión del 90-95%.

Para casos complejos o antes de una cirugía, se hacen estudios más detallados: angiografía por tomografía computarizada (CTA) o resonancia magnética (MRA), que muestran imágenes en 3D de las arterias. La angiografía convencional, con catéter, es la más precisa (100%), pero es invasiva y tiene riesgos. No se usa como prueba inicial.

Las guías recomiendan hacer el ITB a todos los adultos mayores de 65 años, a quienes tienen más de 50 años y fuman o tienen diabetes, y a quienes tienen más de 40 años con factores de riesgo cardiovascular.

Comparación entre una pierna sana y una con enfermedad arterial: una camina feliz, la otra tiene heridas y símbolos de medicamentos y tabaco.

¿Cuál es el tratamiento para la enfermedad arterial periférica?

El tratamiento tiene tres pilares: cambiar el estilo de vida, tomar medicamentos y, si es necesario, procedimientos para abrir las arterias.

1. Ejercicio supervisado es el primer tratamiento. Caminar 30 a 45 minutos, 3 a 5 veces por semana, bajo supervisión, mejora el flujo sanguíneo en las piernas. En 12 semanas, muchas personas pueden caminar 150-200% más lejos sin dolor. Es más efectivo que muchos medicamentos y cuesta menos de $1.200 por curso.

2. Dejar de fumar es lo más importante. Fumar aumenta el riesgo de amputación hasta 8 veces y la muerte hasta 3 veces. No hay medicamento que reemplace dejar el tabaco.

3. Medicamentos:

  • Antiagregantes plaquetarios: Aspirina (81 mg diarios) o clopidogrel (75 mg diarios). El clopidogrel reduce más los eventos cardiovasculares que la aspirina.
  • Estatinas: Se recomiendan a todos los pacientes con EAP, sin importar el nivel de colesterol. El objetivo es bajar el LDL a menos de 70 mg/dL. Esto reduce los infartos y accidentes cerebrovasculares en un 25-30%.
  • Cilostazol: Mejora el flujo sanguíneo y aumenta la distancia que puedes caminar sin dolor. No se usa si tienes insuficiencia cardíaca.

¿Cuándo se necesitan procedimientos invasivos?

Si el dolor por claudicación no mejora con ejercicio y medicamentos, o si hay heridas que no sanan, se consideran procedimientos para abrir las arterias:

  • Angioplastia con balón: Se introduce un catéter con un balón pequeño que se infla para aplastar la placa. Funciona bien en obstrucciones cortas (éxito en el 90% de los casos).
  • Stents: Tubos metálicos que se dejan en la arteria para mantenerla abierta. Tienen una tasa de patencia del 80% a un año en arterias de la pierna.
  • Aterectomía: Se usa para placas muy calcificadas. Se retira físicamente la placa con un dispositivo especial.
  • Bypass quirúrgico: Se crea un nuevo camino para la sangre usando una vena del cuerpo. Es la opción más duradera: hasta el 80% de los bypass con vena safena siguen abiertos a los 5 años.

La elección depende de la ubicación y severidad del estrechamiento, la edad, otros problemas de salud y el riesgo quirúrgico. El ensayo BASIL mostró que, a largo plazo, el ejercicio más tratamiento endovascular da resultados similares a la cirugía, pero con recuperación más rápida.

Procedimiento de angioplastia en una arteria tipo caramelo, con un globo aplastando una placa y símbolos médicos flotando en un fondo geométrico.

¿Por qué es tan peligrosa la enfermedad arterial periférica?

La EAP no es solo un problema de las piernas. Es una señal de que hay aterosclerosis en todo el cuerpo. Las personas con EAP tienen 3 a 5 veces más riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular que quienes no la tienen. La tasa de mortalidad a 5 años es del 30-40%, similar a muchos tipos de cáncer.

Además, el 1% de los pacientes desarrolla isquemia crítica de miembro: dolor en reposo, heridas abiertas, gangrena. Sin tratamiento urgente, la amputación es casi inevitable. El sistema WIfI (herida, isquemia, infección) ayuda a clasificar la gravedad. Los pacientes en etapa 4 tienen un 48% de riesgo de amputación en un año si no se revascularizan.

¿Qué hay de nuevo en el tratamiento?

La investigación avanza rápido. El ensayo VOYAGER PAD, que terminó en 2023, mostró que combinar aspirina con rivaroxaban reduce los eventos graves en las piernas en un 15% en pacientes que ya tuvieron un procedimiento. Esto podría cambiar las guías de tratamiento en los próximos años.

También se están probando terapias con células madre. En ensayos recientes, inyectar células propias del paciente (CD34+) en las piernas mejoró la cicatrización de heridas en el 65% de los casos, frente al 35% en el grupo control. Aún está en fase experimental, pero es prometedor.

Además, nuevas técnicas de imagen como la tomografía de coherencia óptica (OCT) permiten ver la placa con detalle microscópico, lo que ayuda a elegir el mejor tratamiento.

En 2022, Estados Unidos aprobó la Ley de Concienciación sobre EAP, que asigna $5 millones anuales para programas de cribado en poblaciones de alto riesgo. Aunque es un paso importante, solo el 20% de los pacientes elegibles reciben el ITB. Las desigualdades persisten: los pacientes negros e hispanos tienen hasta un 40% menos probabilidades de recibir revascularización, aunque su enfermedad sea igual de grave.

¿Qué puedes hacer tú?

Si tienes más de 65 años, o más de 50 con diabetes o tabaquismo, pide el ITB. No esperes a tener dolor. La EAP se puede controlar muy bien si se detecta temprano.

Camina todos los días, aunque sea poco. Deja de fumar. Toma tus medicamentos. Controla la presión, el colesterol y el azúcar en sangre. No subestimes los síntomas leves. Una pierna fría, una herida que no sana, o un dolor al caminar no son "solo parte de envejecer". Son señales de advertencia.

La EAP no es una sentencia. Con el manejo correcto, muchas personas viven años sin limitaciones, sin amputaciones y sin infartos. Lo que necesitas es reconocerla, tratarla y no dejarla pasar.

¿La enfermedad arterial periférica se puede curar?

No hay una cura definitiva, pero se puede controlar muy bien. Con ejercicio, medicamentos, dejar de fumar y controles regulares, muchos pacientes evitan complicaciones graves y mantienen una buena calidad de vida. El objetivo no es eliminar la placa por completo, sino detener su progreso y mejorar el flujo sanguíneo.

¿Puedo caminar si tengo enfermedad arterial periférica?

Sí, y es lo más recomendable. Caminar es el mejor tratamiento no farmacológico. El dolor al caminar es una señal de que los músculos necesitan más oxígeno, no una razón para detenerse. Camina hasta que sientas el dolor, descansa hasta que pase, y vuelve a caminar. Con el tiempo, tu cuerpo se adapta y puedes caminar más lejos sin dolor.

¿El dolor en las piernas siempre significa enfermedad arterial periférica?

No. El dolor en las piernas puede deberse a problemas nerviosos, articulares o musculares. Pero si el dolor aparece al caminar y desaparece al descansar, y tienes factores de riesgo (fumar, diabetes, edad avanzada), la EAP es una posibilidad real. Solo el ITB puede confirmarlo.

¿Qué pasa si no trato la enfermedad arterial periférica?

Sin tratamiento, la placa sigue creciendo. El flujo sanguíneo empeora. Puedes desarrollar dolor en reposo, heridas que no sanan, infecciones graves y, finalmente, gangrena. En muchos casos, esto lleva a amputación. Además, el riesgo de infarto o accidente cerebrovascular aumenta mucho. La EAP no se queda en las piernas: es un marcador de riesgo cardiovascular general.

¿El colesterol alto es la única causa de la enfermedad arterial periférica?

No. Aunque el colesterol alto y la aterosclerosis son la causa principal, otros factores son clave: fumar, diabetes, hipertensión, obesidad y antecedentes familiares. Incluso personas con colesterol normal pueden desarrollar EAP si tienen otros factores de riesgo. Por eso, controlar solo el colesterol no es suficiente.

¿La cirugía es la mejor opción para todos los pacientes?

No. La cirugía o los procedimientos endovasculares se reservan para quienes no responden al tratamiento médico o tienen síntomas graves. Para muchos con claudicación leve o moderada, el ejercicio y los medicamentos son más seguros, más baratos y tan efectivos a largo plazo. La decisión debe ser personalizada, no automática.

1 Comments

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    Jaime Mercant

    diciembre 6, 2025 AT 00:51
    Bro, esto es vida o muerte. Caminar hasta que te duela, descansar, y volver a empezar. No es opcional, es tu nueva rutina. 🏃‍♂️💪

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