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Razones de tu recomendación
Si te han recetado Imusporin y te preguntas si existe una opción que se ajuste mejor a tu estilo de vida o a tus preocupaciones de salud, no estás solo. La ciclosporina es uno de los pilares en la prevención del rechazo tras un trasplante, pero el mercado ofrece varios inmunosupresores con perfiles diferentes.
¿Qué es Imusporin?
Imusporin es la denominación comercial de la ciclosporina, un inhibidor de la calcineurina que reduce la actividad del sistema inmunitario. Fue aprobada en 1990 y se emplea principalmente en pacientes que han recibido un trasplante renal, hepático o cardíaco, así como en algunos casos de dermatología autoinmune.
Su modo de acción consiste en bloquear la producción de interleucina‑2, una señal clave para la activación de los linfocitos T. Esto disminuye la probabilidad de que el cuerpo reconozca el órgano trasplantado como extraño.
Alternativas más comunes
Aunque la ciclosporina sigue siendo muy eficaz, existen otros inmunosupresores que pueden ofrecer ventajas en términos de tolerancia, dosis o efectos secundarios. A continuación, describimos los cuatro más usados.
- Tacrolimus es otro inhibidor de la calcineurina, con una potencia ligeramente mayor que la ciclosporina y, según algunos estudios, menos nefrotoxicidad.
- Micofenolato de mofetilo (MMF) actúa inhibiendo la síntesis de purinas, limitando la proliferación de linfocitos B y T. Se usa a menudo en combinación con bajos dosis de calcineurinas.
- Azatioprina es un análogo de la purina que se incorpora al ADN y bloquea la replicación celular. Es más antiguo y económico, pero su margen terapéutico es estrecho.
- Everolimus pertenece a la familia de los inhibidores mTOR. Reduce la respuesta inmune sin interferir directamente con la calcineurina, lo que lo hace útil cuando se desea evitar la nefrotoxicidad de las calcineurinas.

Comparativa práctica
Medicamento | Mecanismo | Dosis típica (adultos) | Efectos secundarios principales | Interacciones relevantes | Uso preferente |
---|---|---|---|---|---|
Imusporin (ciclosporina) | Inhibidor de calcineurina | 2‑5mg/kg/día en 2 dosis | Hipertensión, nefrotoxicidad, hipertricosis | Azoles, macrólidos, extractos de pomelo | Trasplante renal, hepático y cardíaco |
Tacrolimus | Inhibidor de calcineurina (más potente) | 0.1‑0.2mg/kg/día en 2 dosis | Diabetes, neurotoxicidad, hipertricosis | Macrólidos, antifúngicos azólicos | Trasplante renal cuando se busca menor nefrotoxicidad |
Micofenolato de mofetilo | Inhibidor de síntesis de purinas | 1‑2g/día en 2 dosis | Gastro‑intestinal, leucopenia, anemia | Antibióticos, inhibidores de la bomba de protones | Uso combinado con bajo nivel de calcineurinas |
Azatioprina | Análogo de purina que bloquea replicación de ADN | 1‑2mg/kg/día | Hepatotoxicidad, supresión medular, náuseas | Alopurinol, anticoagulantes | Pacientes con limitaciones económicas o intolerancia a calcineurinas |
Everolimus | Inhibidor de mTOR | 0.75mg/día (dosificación individualizada) | Dislipidemia, ulceración bucal, retraso cicatrización | Inhibidores CYP3A4, estatinas de alto nivel | Cuando se necesita evitar nefrotoxicidad de calcineurinas |
Cómo decidir cuál es la mejor opción para ti
Elegir el inmunosupresor adecuado no es cuestión de suerte; hay varios factores que deberías valorar con tu equipo médico.
- Función renal. Si tus análisis muestran una ligera disminución de la filtración glomerular, tacrolimus o everolimus pueden ser más seguros que la ciclosporina.
- Historial de diabetes. La ciclosporina y tacrolimus pueden elevar la glucosa. En pacientes diabéticos, el micofenolato o azatioprina pueden ser preferibles.
- Interacciones farmacológicas. Si ya tomas antifúngicos azólicos o macrólidos, la ciclosporina y tacrolimus pueden requerir ajustes de dosis significativos.
- Coste y cobertura del sistema de salud. Azatioprina suele ser la opción más económica, mientras que everolimus es más cara pero a veces cubierta por planes especiales de trasplante.
- Preferencia de dosificación. Algunas personas prefieren una toma única al día (everolimus) frente a dosiones divididas (ciclosporina, tacrolimus).
Una buena práctica es crear una tabla personal con esos criterios y puntuar cada fármaco. El que obtenga la mayor puntuación suele ser el más adecuado.

Riesgos comunes y cómo mitigarlos
Tanto Imusporin como sus alternativas comparten la necesidad de un control estrecho. Aquí tienes algunas recomendaciones prácticas:
- Control de sangre. Realiza análisis de creatinina, glucosa y recuento hemático cada 1‑2meses durante el primer semestre, y luego cada 3‑6meses.
- Ajuste de dosis. Nunca modifiques la cantidad por tu cuenta; los niveles plasmáticos pueden variar por dieta, infecciones o cambios en otros medicamentos.
- Protección renal. Mantén una hidratación adecuada, limita la ingesta de sal y evita analgésicos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) sin supervisión.
- Vigilancia de infecciones. Informa a tu médico ante cualquier signo de infección (fiebre, tos, células rojas en la piel) porque los inmunosupresores reducen la capacidad de defensa.
- Estilo de vida. Evita el consumo de pomelo y sus jugos, pues pueden elevar los niveles de ciclosporina y tacrolimus.
Preguntas frecuentes
¿Puedo cambiar de Imusporin a tacrolimus sin problemas?
Sí, pero el cambio debe hacerse bajo supervisión médica. Se suelen reducir los niveles de tacrolimus gradualmente mientras se disminuye la dosis de ciclosporina para evitar desbalace inmunológico.
¿Qué ventajas tiene el micofenolato sobre la ciclosporina?
El micofenolato no afecta la función renal y tiene menos interacciones con alimentos. Sin embargo, puede causar problemas gastrointestinales y una mayor susceptibilidad a infecciones virales.
¿La azatioprina es segura a largo plazo?
Cuando se controla periódicamente el recuento sanguíneo, la azatioprina puede usarse de forma crónica. No obstante, su margen terapéutico estrecho exige atención constante a posibles toxicidades hepáticas.
¿Everolimus protege los riñones?
Everolimus no es nefrotóxico y, cuando se combina con dosis bajas de calcineurinas, ayuda a preservar la función renal. Su desventaja es que puede retrasar la cicatrización de heridas.
¿Necesito hacer análisis de sangre cada mes?
Durante los primeros seis meses es recomendable hacerlo cada 4‑6 semanas. Pasado ese tiempo, la frecuencia puede disminuir a cada 3‑6 meses, siempre que los valores estén estables.
Diego Núñez Silva
octubre 13, 2025 AT 15:06¡Vamos, equipo! Elegir inmunosupresor no tiene por qué ser una pesadilla, aquí tienes una guía que despeja la niebla.
Si tu función renal está OK, la ciclosporina sigue siendo una opción potente.
Pero si buscas menos toxicidad, el tacrolimus o everolimus pueden salvarte el día.
¡Anímate a discutir con tu médico y decide con confianza!