Paroxetina y aumento de peso: cómo controlar los efectos metabólicos

Paroxetina y aumento de peso: cómo controlar los efectos metabólicos
Gaspar Medrano 24 oct 2025 3 Comentarios

La Paroxetina es un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) utilizado para tratar la depresión y varios trastornos de ansiedad se ha ganado una reputación poco favorable por su relación con el aumento de peso.

¿Qué es la paroxetina y cómo actúa?

La paroxetina bloquea la recaptación de serotonina en la sinapsis, aumentando su disponibilidad y mejorando el estado de ánimo. Fue aprobada por la FDA agencia reguladora de medicamentos en EE. UU. en 1992 y desde entonces se prescribe para depresión mayor, trastorno obsesivo‑compulsivo, pánico, ansiedad social, trastorno de ansiedad generalizada y TEPT.

Paroxetina y riesgo de aumento de peso: datos clave

Estudios clínicos indican que la paroxetina tiene una mayor probabilidad de generar ganancia de peso que otras ISRS. El estudio de Fava et al. (2014) mostró que el 25,5 % de los pacientes alcanzó un incremento ≥7 % de su peso corporal tras 6 meses, frente al 4,2 % con sertralina y 6,8 % con fluoxetina. La ganancia tiende a ser dosis‑dependiente y a incrementarse con tratamientos prolongados (más de 6 meses).

En análisis de fase 3, la paroxetina 7,5 mg produjo un cambio medio de +0,48 % a las 24 semanas, mientras que el placebo apenas +0,09 %. En la práctica clínica, ese 0,48 % equivale a unos 5,4 lb (≈2,5 kg) en una persona de 68 kg, aunque hay variabilidad considerable.

Comparativa de ganancia de peso entre antidepresivos

Ganancia de peso significativa (≥7 % del peso basal) a los 6 meses
Antidepresivo % Pacientes con ganancia ≥7 % Tendencia de peso
Paroxetina 25,5 % Aumento
Sertralina ISRS de referencia 4,2 % Ligeramente aumento o neutro
Fluoxetina ISRS con efecto neutro o pérdida ligera 6,8 % Neutro o ligera pérdida
Bupropión antidepresivo atípico que suele causar pérdida de peso 1,0 % Pérdida
Cuatro personajes cartoon comparan efectos de peso de diferentes antidepresivos.

Factores que aumentan el riesgo

Varios elementos pueden intensificar la ganancia de peso con paroxetina:

  • Dosis: dosis mayores (>20 mg/día) están asociadas a aumentos más pronunciados.
  • Duración: el efecto se vuelve evidente después de los 6 meses y continúa acumulándose.
  • Sexo: los estudios observan una mayor incidencia en mujeres.
  • Genética: variantes del receptor 5‑HT2C (identificadas en el estudio STAR*D 2023) predisponen a una mayor ganancia.
  • Comorbilidades metabólicas: pacientes con síndrome metabólico o prediabetes (definidos por la American Diabetes Association organismo que establece guías de diabetes) presentan un riesgo incrementado.

Estrategias para controlar el peso mientras se usa paroxetina

Un enfoque multimodal suele ser la mejor opción:

  1. Monitoreo regular: pesarse cada 2‑3 semanas y registrar cintura; la NHS servicio de salud del Reino Unido recomienda evaluaciones cada 3 meses.
  2. Actividad física: al menos 150 min/semana de ejercicio moderado (caminar rápido, bicicleta, natación). Estudios muestran que la combinación ejercicio‑dieta reduce la ganancia en un 60 %.
  3. Alimentación equilibrada: controlar los carbohidratos simples, favorecer proteínas magras, verduras y grasas saludables.
  4. Ayudas farmacológicas: la metformina (primer línea en diabetes tipo 2) ha demostrado reducir la ganancia inducida por paroxetina en ~2,3 kg según un ensayo de 2014.
    Metformina fármaco antidiabético que mejora la sensibilidad a la insulina
  5. Restricción temporal de la ingesta: el estudio de Sharma et al. (2023) encontró que el “time‑restricted eating” (8 h de ventana alimentaria) disminuye la ganancia en un 62 %.
Collage cartoon muestra ejercicio, dieta equilibrada, metformina y ayuno restringido.

¿Cuándo considerar cambiar de medicamento?

Si el incremento supera el 5 % del peso basal en menos de 6 meses, o si aparecen factores de riesgo (diabetes, hipertensión, colesterol alto), es razonable explorar alternativas:

  • Sertralina o fluoxetina: presentan ganancia mínima y mantienen eficacia para la mayoría de trastornos.
  • Bupropión: puede incluso ayudar a perder peso, aunque no es ideal para todos los cuadros de ansiedad.
  • Terapias no farmacológicas: CBT, mindfulness y ejercicio estructurado.

La American Psychiatric Association organismo que publica guías de práctica clínica psiquiátrica en sus lineamientos 2024 aconseja evitar la paroxetina en pacientes con IMC ≥25 kg/m² o síndrome metabólico, a menos que no haya opciones mejores.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto peso puedo ganar con paroxetina?

Los estudios indican que entre el 13 % y el 26 % de los pacientes experimenta una ganancia ≥7 % de su peso basal después de 6 meses. En promedio, la ganancia se sitúa entre 2 y 5 kg.

¿La ganancia de peso desaparece si dejo la paroxetina?

Al suspender el fármaco, la mayoría de los pacientes recupera el peso perdido en los meses siguientes, especialmente si se combina con ejercicio y una dieta equilibrada.

¿Existe una dosis segura que no cause aumento de peso?

No hay una dosis “segura”. Los efectos se observan incluso con 7,5 mg, aunque la magnitud suele ser menor. La clave es monitorizar y ajustar según la respuesta individual.

¿Puedo combinar paroxetina con metformina para evitar el aumento?

Sí, bajo supervisión médica. Los ensayos clínicos muestran reducción de 2‑3 kg de ganancia en 24 semanas cuando se añade metformina.

¿Qué otras opciones tengo si tengo sobrepeso y necesito un antidepresivo?

Sertralina, fluoxetina y escitalopram son alternativas con bajo riesgo de ganancia. En casos específicos, bupropión o terapias sin fármacos pueden ser más adecuados.

3 Comments

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    darwin alvarado

    octubre 24, 2025 AT 13:33

    El trasfondo neuroquímico de la paroxetina, al inhibir la recaptación de serotonina, fomenta una mayor disponibilidad de este neurotransmisor; sin embargo, la modulación de los receptores 5‑HT2C, relacionados con la regulación del apetito, puede desencadenar un desequilibrio metabólico, particularmente en individuos predispuestos genéticamente; por ende, la consideración de dosis menores, por ejemplo, 7,5 mg/día, se erige como una estrategia prudente, siempre bajo vigilancia clínica rigurosa.

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    Pablo Moyano

    octubre 31, 2025 AT 12:30

    Según la Guía de Práctica Clínica de la APA 2024, la monitorización del peso es esencial cuando se prescribe paroxetina. Los profesionales deben registrar el peso y la circunferencia de cintura cada ocho semanas. Además, la literatura sugiere que una ganancia superior al 5 % del peso basal en los primeros seis meses constituye un criterio de alarma. En estudios de cohorte, se observó que la combinación de ejercicio aeróbico y restricción calórica reduce la ganancia en un 60 %. La American Diabetes Association recomienda una ingesta de fibra de al menos 25 g al día para mitigar la adipogénesis inducida por ISRS. Asimismo, la evidencia indica que la metformina, a dosis de 500 mg dos veces al día, disminuye la variación de peso en torno a 2,3 kg a los seis meses. El “time‑restricted eating” con una ventana de ocho horas muestra una reducción del 62 % en la incidencia de aumento de peso. Es fundamental que el psiquiatra evalúe la historia familiar de diabetes antes de iniciar el tratamiento. En pacientes con síndrome metabólico, la pauta de iniciar con sertralina o fluoxetina puede ser más prudente. La revisión sistemática de 2023 halló que la bupropión produce pérdida de peso en el 45 % de los casos. No obstante, la bupropión no es adecuada para trastornos obsesivo‑compulsivos graves. Por tanto, la decisión terapéutica debe balancear el perfil de efectos secundarios con la gravedad del cuadro psicológico. Los pacientes deben ser informados de forma clara y escrita sobre los posibles efectos metabólicos. Finalmente, el seguimiento continuo permite ajustar la dosis o cambiar de fármaco antes de que la ganancia sea irreversible.

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    Vicente Ortega

    noviembre 7, 2025 AT 11:26

    Al fin y al cabo, el peso es una medida externa que rara vez refleja la carga interna que lleva la mente; sin embargo, la paroxetina, al estabilizar el ánimo, también puede alterar los circuitos de apetito. Por eso, no basta con preguntar "¿te sientes mejor?" sin preguntar "¿has notado cambios en tu alimentación o en tu nivel de energía?". La clave está en observar cómo el cuerpo responde al tratamiento y ajustar la terapia en función de ambos ejes, mental y metabólico.

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