Cómo elegir entre múltiples genéricos para la misma medicina

Cómo elegir entre múltiples genéricos para la misma medicina
Gaspar Medrano 15 dic 2025 1 Comentarios

¿Has notado que tu receta de medicamento genérico cambia cada vez que vas a la farmacia? No es un error. Muchas veces, la misma medicina genérica tiene varias versiones, hechas por diferentes empresas, y todas parecen iguales. Pero no lo son. Elegir entre ellas puede marcar la diferencia en cómo te sientes, especialmente si tomas medicamentos para condiciones delicadas como la tiroides, el corazón o la epilepsia.

¿Qué hace que un genérico sea realmente igual?

Todo genérico que se vende en Estados Unidos debe cumplir con estándares estrictos de la FDA. Para ser aprobado, debe tener la misma sustancia activa, la misma dosis, la misma forma (pastilla, líquido, inyección) y el mismo camino por el que entra al cuerpo que la marca original. Pero aquí está lo que mucha gente no entiende: no basta con tener la misma sustancia. Debe liberarla en tu sangre de la misma manera.

Esto se llama bioequivalencia. La FDA exige que un genérico libere su medicamento en el torrente sanguíneo dentro de un rango muy preciso: entre el 80% y el 125% de la cantidad que libera la marca original. Esto no significa que el genérico tenga menos medicamento. Significa que su cuerpo lo absorbe un poco más rápido o más lento, pero dentro de un margen seguro. Estudios de la FDA muestran que, en promedio, la diferencia real entre un genérico y su marca es de solo el 3,5% en la cantidad absorbida. Eso es casi lo mismo.

Pero no todos los genéricos son iguales entre sí. Dos genéricos diferentes para la misma medicina pueden tener pequeñas diferencias en cómo se disuelven, en los ingredientes que los rodean, o en cómo se fabrican. Estas diferencias pueden parecer mínimas, pero en ciertos medicamentos, incluso un 5% de variación puede afectar tu salud.

La clave está en la clasificación de la FDA: los códigos AB y B

La FDA clasifica cada genérico con un código en su publicación llamada Orange Book. Si ves un código AB, significa que ese genérico ha sido probado y es considerado terapéuticamente equivalente a la marca original. Puedes confiar en él como si fuera la misma medicina.

Pero si ves un código B, eso es una señal de alerta. Significa que, aunque cumple con los requisitos mínimos de la FDA, hay evidencia de que su comportamiento en el cuerpo puede diferir ligeramente del de la marca o de otros genéricos. Estos productos no están prohibidos, pero no se recomiendan para reemplazar una medicina que ya te está funcionando bien.

Por ejemplo, si estás tomando una marca de levothyroxine (para la tiroides) y te cambian a un genérico con código B, podrías notar que te sientes más cansado, ganas peso o tienes palpitaciones. No es que el medicamento sea malo. Es que tu cuerpo ya se adaptó a una forma específica de absorción, y cambiarla puede desequilibrarte.

¿Cuándo debes preocuparte más?

No todos los medicamentos son iguales. Algunos tienen un índice terapéutico estrecho. Esto significa que la diferencia entre una dosis que funciona y una que es peligrosa es muy pequeña. En estos casos, la bioequivalencia no es solo un detalle técnico: es una cuestión de seguridad.

Los medicamentos que caen en esta categoría incluyen:

  • Levothyroxine (para hipotiroidismo)
  • Digoxin (para insuficiencia cardíaca)
  • Warfarin (anticoagulante)
  • Phenytoin (para epilepsia)
  • Cyclosporine (para trasplantes)

Si tomas alguno de estos, lo mejor es quedarte con la misma marca o el mismo fabricante de genérico. Cambiar de genérico a genérico, aunque ambos tengan código AB, puede causar fluctuaciones en tu sangre. Estudios muestran que los pacientes que cambian de fabricante en estos medicamentos tienen más probabilidades de tener efectos secundarios o de necesitar ajustes de dosis.

La Sociedad Endocrina recomienda claramente: una vez que encuentres una versión que funcione, no la cambies. No por el precio. No por la disponibilidad. Por tu salud.

Cuerpo humano transparente con vasos sanguíneos que muestran diferentes tasas de absorción de pastillas genéricas.

¿Qué pasa con los genéricos más baratos?

Es tentador elegir siempre el más barato. Y en muchos casos, es perfectamente seguro. Si estás empezando un tratamiento y tu médico no ha especificado "dispensar como se escribe", tu farmacéutico puede darte cualquier genérico AB. Muchos de ellos son tan buenos como la marca, y cuestan hasta un 85% menos.

Pero si ya estás estable en tu medicina, no vale la pena arriesgarte por unos pocos euros. Un estudio publicado en Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes encontró que, durante el primer mes después de cambiar a un genérico nuevo, los pacientes con enfermedades cardíacas tuvieron más eventos adversos. No porque el genérico fuera malo, sino porque el cuerpo necesita tiempo para adaptarse. Y si ya estabas estable, ¿por qué cambiar?

Además, no todos los genéricos baratos son iguales. Algunos fabricantes tienen mejores controles de calidad, mejores procesos de producción, y más experiencia. Si tu farmacéutico te da un genérico nuevo y no lo conoces, pregúntale: "¿Este tiene código AB? ¿Es de un fabricante que ya usamos?"

¿Qué puedes hacer tú?

No tienes que aceptar cualquier cambio. Aquí tienes un plan simple para tomar el control:

  1. Revisa tu receta. Si tu médico escribió "dispensar como se escribe", la farmacia no puede cambiarte el genérico sin tu permiso.
  2. Pide el nombre del fabricante. No te conformes con "es un genérico de los mismos". Pregunta: "¿De qué empresa es?"
  3. Usa la FDA Orange Book. Puedes buscar en línea el nombre de tu medicamento y ver qué genéricos tienen código AB. Muchas farmacias lo tienen en sus sistemas, pero no siempre lo muestran.
  4. Registra tu respuesta. Si empiezas a tomar un nuevo genérico, anota cómo te sientes en los primeros 15 días. ¿Tienes más fatiga? ¿Más ansiedad? ¿Cambios en tu ritmo cardíaco? Llévalo a tu médico.
  5. Pide consistencia. Si encuentras un genérico que te funciona, pídele a tu farmacéutico que siempre te lo dé. Puedes pedir que lo marquen en tu historial.

La FDA dice que todos los genéricos son iguales. Pero la realidad clínica es más compleja. Para la mayoría de los medicamentos, cualquier genérico AB es perfectamente aceptable. Pero para los que afectan sistemas delicados, la consistencia es más importante que el precio.

Paciente exige consistencia en su medicación mientras farmacéutico sostiene botellas sin identificar.

¿Y si mi farmacia cambia sin avisar?

En 49 estados de EE.UU., la ley permite que el farmacéutico cambie tu medicina por un genérico sin pedirte permiso. Pero en 28 estados, tienen que notificarte si cambian de fabricante. Si no te avisan, no estás haciendo nada mal al preguntar. Dile: "Antes me daban este, ahora es otro. ¿Por qué?"

Si te sientes incómodo, puedes pedir que te lo cambien de vuelta. O pedirle a tu médico que ponga "dispensar como se escribe" en la receta. No es un gasto extra. No es un capricho. Es tu derecho a una terapia estable.

El futuro está en los códigos únicos

La FDA y grupos de seguridad están trabajando para que cada versión de cada genérico tenga un número de identificación único, como un código de barras específico. Esto ayudará a rastrear qué genérico causó un efecto secundario, y evitará que los pacientes reciban versiones diferentes sin saberlo.

Una propuesta de ley en Estados Unidos, el Generic Drug Labeling Act, propone que cada fabricante ponga su nombre y código en la caja. Por ahora, eso no es obligatorio. Pero tú puedes empezar a pedirlo. Si ves una caja sin nombre del fabricante, pregunta. Si no te lo dan, pide que lo anoten en tu historial de farmacia.

Conclusión: no todos los genéricos son iguales, pero tú puedes elegir bien

Los genéricos son una gran herramienta. Salvan miles de millones de dólares cada año y hacen que los medicamentos sean accesibles. Pero no son todos iguales. La bioequivalencia no es un sello de aprobación universal. Es un punto de partida.

Si tomas un medicamento común, como ibuprofeno o amoxicilina, puedes cambiar entre genéricos sin preocuparte. Pero si tomas un medicamento para la tiroides, el corazón o la epilepsia, la consistencia es tu mejor aliado. No cambies por precio. No cambies por conveniencia. Cambia solo si tu médico lo recomienda, y siempre verifica el código AB.

La medicina no es solo química. Es tu cuerpo, tu rutina, tu estabilidad. Y eso vale más que unos euros de ahorro.

¿Todos los genéricos son tan efectivos como las marcas?

Sí, siempre que tengan el código AB de la FDA. Eso significa que han pasado pruebas rigurosas y liberan el mismo medicamento en tu sangre en cantidades casi idénticas a la marca. Para la mayoría de los medicamentos, no hay diferencia clínica real. Pero para algunos, como la levothyroxine o el digoxin, incluso pequeñas diferencias pueden afectar tu salud.

¿Puedo cambiar de genérico sin avisar a mi médico?

Técnicamente, sí, si tu receta no dice "dispensar como se escribe". Pero no es recomendable, especialmente si tomas medicamentos con índice terapéutico estrecho. Cambiar de fabricante sin supervisión puede causar fluctuaciones en tu dosis. Es mejor avisar a tu médico si notas cambios en cómo te sientes.

¿Por qué algunos genéricos son más baratos que otros?

El precio depende de la competencia. Si hay muchos fabricantes del mismo genérico, el precio baja. Los que producen en grandes volúmenes o en países con costos más bajos pueden vender más barato. Pero eso no siempre significa que sean peores. Muchos genéricos baratos son de alta calidad. Lo que sí significa es que debes verificar su código de bioequivalencia antes de aceptarlo.

¿Qué significa el código AB en los genéricos?

AB significa que la FDA ha evaluado el genérico y lo considera terapéuticamente equivalente a la marca original. Puedes confiar en él como si fuera la misma medicina. Es el estándar más alto para la sustitución. Los genéricos con código B no tienen esta certificación completa y pueden tener diferencias en cómo se absorben.

¿Cómo sé qué genérico me están dando?

Pide el nombre del fabricante y el código del producto. La caja o la etiqueta debe tenerlo. También puedes buscar el nombre del medicamento y el nombre del fabricante en el sitio web de la FDA (Orange Book). Si no te lo dicen, pregunta. Tienes derecho a saber qué estás tomando.

¿Qué debo hacer si me siento peor después de cambiar de genérico?

Anota tus síntomas y cuándo empezaron. Llama a tu farmacéutico y pregunta qué genérico te dieron. Luego, consulta a tu médico. Es posible que necesites volver a tu versión anterior. No ignores los cambios. En medicamentos con índice terapéutico estrecho, incluso una leve variación puede tener consecuencias reales.

1 Comments

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    sociedad cultural renovacion

    diciembre 15, 2025 AT 15:42

    Me pasó esto con la levothyroxine. Cambiaron de genérico y de la noche a la mañana me sentí como un zombie. No era estrés, no era sueño, era el medicamento. Volví al anterior y ¡boom! volví a ser yo. No lo subestimen, chicos.

    La farmacia no te avisa, pero tú puedes exigirlo. Pide el nombre del fabricante como si fuera tu vida. Porque a veces, lo es.

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