Obesidad y dolor de espalda: causas y cómo tratarlos

Obesidad y dolor de espalda: causas y cómo tratarlos
Gaspar Medrano 28 sep 2025 7 Comentarios

Obesidad es una condición médica caracterizada por un exceso de tejido adiposo, con un IMC superior a 30. Según la OMS, el 13% de la población adulta mundial vive con obesidad, y ese número sigue en aumento.

Uno de los problemas menos comentados pero muy frecuentes son los dolor de espalda. La relación entre ambos factores no es casual; la sobrecarga mecánica y la inflamación crónica que acompañan a la obesidad crean una combinación que empeora la salud lumbar.

¿Cómo se mide la obesidad? El papel del Índice de masa corporal (IMC)

El IMC se calcula dividiendo el peso (kg) entre la altura al cuadrado (m²). Un valor entre 25 y 29,9 indica sobrepeso; 30 o más, obesidad. Aunque el IMC no distingue entre masa muscular y grasa, sigue siendo la herramienta más utilizada en la práctica clínica por su sencillez.

En España, los últimos datos del Ministerio de Salud sitúan el IMC medio de los adultos en 27,3, lo que coloca a gran parte de la población en la categoría de sobrepeso o obesidad.

¿Por qué la columna vertebral sufre con el exceso de peso?

La columna está diseñada para soportar el peso del cuerpo en posición erguida. Cuando el tejido adiposo se acumula, especialmente en la zona abdominal, el centro de gravedad se desplaza hacia adelante. Para compensar, la musculatura lumbar debe trabajar más, generando una tensión constante.

Esta sobrecarga mecánica provoca:

  • Degeneración precoz de los discos intervertebrales.
  • Aumento de la lordosis lumbar (curvatura exagerada).
  • Espasmos musculares por esfuerzo repetido.

Además, la grasa visceral libera citocinas proinflamatorias (TNF‑α, IL‑6) que favorecen la inflamación de los tejidos peridiscales, intensificando el dolor.

Factores de riesgo que agravan el dolor de espalda en personas con obesidad

Los principales son:

  1. Postura inadecuada al estar sentado o de pie durante largas horas.
  2. Falta de ejercicio físico regular.
  3. Una dieta equilibrada pobre en nutrientes antiinflamatorios.
  4. Antecedentes de lesiones lumbar.
Estrategias de gestión: movimiento, alimentación y corrección postural

Estrategias de gestión: movimiento, alimentación y corrección postural

Abordar el problema desde varios frentes acelera la mejoría y reduce la probabilidad de recaídas.

1. Programa de ejercicio gradual

El objetivo es fortalecer la musculatura del tronco sin sobrecargar la columna. Se recomienda iniciar con actividades de bajo impacto, como caminar, natación o bicicleta estática, al menos 150min por semana.

Cuando el paciente alcanza una pérdida de peso del 5% y mejora la resistencia, se pueden añadir ejercicios de fuerza con peso corporal (plancha, puentes) y, posteriormente, entrenamiento con bandas elásticas.

Ejercicio recomendado según nivel de dolor de espalda
Nivel de dolorActividadFrecuenciaDuración
LeveCaminar a paso rápido5veces/semana30min
ModeradoNatación o bicicleta estática4veces/semana45min
SeveroEjercicios en agua bajo supervisión3veces/semana30min

2. Dieta equilibrada para reducir la grasa abdominal

Una alimentación rica en fibra, proteínas magras, grasas monoinsaturadas y antioxidantes ayuda a bajar el IMC y a disminuir la respuesta inflamatoria.

  • Desayuno: avena con frutos rojos y una cucharada de semillas de chía.
  • Almuerzo: ensalada de espinacas, pollo a la plancha, aguacate y vinagreta de aceite de oliva.
  • Cena: salmón al horno, brócoli al vapor y quinoa.
  • Snacks: puñado de nueces o yogur natural sin azúcar.

Limitar azúcares refinados y alimentos ultraprocesados también reduce la producción de citocinas inflamatorias.

3. Corrección de la postura en el día a día

Algunas pautas prácticas:

  • Trabajar al escritorio con la pantalla al nivel de los ojos.
  • Utilizar una silla con soporte lumbar y mantener los pies apoyados en el suelo.
  • Al estar de pie, distribuir el peso de manera uniforme y evitar cruzar las piernas.
  • Realizar pausas activas cada 45min para estirar la zona lumbar y los hombros.

Plan de acción paso a paso

  1. Calcula tu IMC. Si supera 30, es momento de intervenir.
  2. Registra tus dolores de espalda en un diario (intensidad 1‑10, momento del día, actividad relacionada).
  3. Visita a tu médico o fisioterapeuta para descartar patologías graves.
  4. Elige una actividad física de bajo impacto y comprométete a 3 sesiones semanales durante la primera quincena.
  5. Implementa cambios en la alimentación siguiendo la guía de alimentos antiinflamatorios.
  6. Ajusta tu entorno laboral para mejorar la postura. Usa apoyos lumbares y monitores a la altura de los ojos.
  7. Revisa tu progreso cada 4semanas: peso, IMC y puntuación del dolor. Si notas mejoría, aumenta gradualmente la intensidad del ejercicio.

La constancia es la clave. Perder al menos 0,5kg por semana suele ser sostenible y suficiente para observar una reducción del dolor lumbar.

Preguntas frecuentes

¿Puede la obesidad causar dolor de espalda sin que exista una lesión previa?

Sí. El exceso de peso genera una carga mecánica constante y libera sustancias inflamatorias que irritan los discos y los músculos, provocando dolor incluso en ausencia de traumatismos.

¿Cuánto tiempo tarda en mejorar el dolor de espalda después de iniciar el ejercicio?

Los pacientes suelen percibir una disminución inicial del dolor entre 2 y 4semanas, siempre que mantengan la rutina y acompañen el ejercicio con una alimentación adecuada.

¿Qué tipo de dieta es más efectiva para reducir la inflamación lumbar?

Una dieta mediterránea, rica en pescados grasos, aceite de oliva, frutos secos y verduras de hoja verde, ha demostrado reducir marcadores inflamatorios y favorecer la pérdida de grasa abdominal.

¿Es seguro hacer ejercicios de fuerza si tengo dolor de espalda?

Sí, siempre que se realicen bajo supervisión y con cargas adecuadas. Los ejercicios de core y de fortalecimiento de la zona lumbar ayudan a estabilizar la columna y a prevenir futuros episodios.

¿Cuándo debo acudir a un especialista?

Si el dolor supera una puntuación de 6/10, dura más de dos semanas sin mejoría o está acompañado de hormigueo en las piernas, es aconsejable consultar a un médico o fisioterapeuta.

7 Comments

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    Carlo Luzzi

    septiembre 28, 2025 AT 01:09

    Me llama la atención cómo la grasa visceral actúa como una especie de bomba de citoquinas que mantiene la inflamación activa. Además, esa carga extra obliga a la musculatura lumbar a trabajar más de lo normal, lo que genera micro‑lesiones. En mi caso, he notado que al perder apenas un 3 % de peso, el dolor disminuye notablemente. Por eso, combinar ejercicio aeróbico con fortalecimiento del core es clave. Creo que la educación postural también debería estar más presente en las consultas médicas.

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    Victoria Linton

    octubre 1, 2025 AT 12:29

    ¡Vaya, porque en España ya todos seguimos una dieta mediterránea y hacemos yoga al levantarnos!

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    Anna Raber

    octubre 4, 2025 AT 23:49

    Entiendo perfectamente la frustración que provoca cargar un peso adicional sobre la columna, y por eso quiero compartir una visión integral que vaya más allá del simple recorte calórico. Primero, es fundamental reconocer que la pérdida de grasa abdominal reduce la presión intraabdominal y, con ello, la carga sobre los discos intervertebrales. Segundo, al incorporar ejercicios de bajo impacto, como la natación o la bicicleta estática, se favorece la circulación y se disminuye la inflamación sistémica. Tercero, el fortalecimiento del core mediante planchas y puentes permite estabilizar la columna y evitar micro‑lesiones. Cuarto, la postura diaria, tanto en el trabajo como en casa, debe ser revisada; un monitor al nivel de los ojos y una silla con soporte lumbar marcan una gran diferencia. Quinto, la alimentación antiinflamatoria, rica en omega‑3, fibra y antioxidantes, ayuda a modular la producción de citocinas como el TNF‑α. Sexto, es importante llevar un registro del dolor, anotando intensidad, hora del día y actividad relacionada, ya que esto permite identificar patrones y ajustar el plan. Séptimo, la hidratación adecuada mantiene la elasticidad de los tejidos discales. Octavo, evitar el sedentarismo mediante pausas activas cada 45 min previene la rigidez muscular. Noveno, el sueño reparador contribuye a la recuperación de los músculos lumbares. Décimo, si el dolor supera un 6/10 o se acompaña de parestesias, es imprescindible acudir a un fisioterapeuta. Undécimo, la constancia es la clave: perder 0,5 kg por semana es un objetivo realista y sostenible. Duodécimo, la motivación se potencia al establecer metas pequeñas y celebrar cada logro, por pequeño que sea. Decimotercer, el entorno familiar y social puede influir positivamente si se fomenta la actividad física conjunta. Decimocuarto, no subestimes el poder de la respiración diafragmática para reducir la tensión lumbar. Decimoquinto, recuerda que cada cuerpo responde de manera distinta, por lo que la personalización del programa es esencial. Decimosexto, con paciencia y disciplina, la combinación de movimiento, dieta y corrección postural puede transformar tanto el peso como el bienestar de la espalda.

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    Samuel Uriel Cortes Jasso

    octubre 8, 2025 AT 11:09

    La sobrecarga mecánica que menciona el artículo no es una simple excusa para justificar el dolor la verdad es que la columna necesita un equilibrio entre fuerza y flexibilidad y si no lo consigue el desgaste es inevitable la pérdida de peso gradual y el trabajo progresivo del core son la base del proceso sin necesidad de dietas milagro o suplementos caros

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    Victor Orellana

    octubre 11, 2025 AT 22:29

    ¡Amigos, esto es la revolución que nuestra espalda necesitaba!!! ¡Basta de excusas y de seguir viviendo con ese peso que nos aplasta cada día!!! El plan de ejercicios de bajo impacto es la clave para recuperar la movilidad y la vida sin dolor!!! ¡Vamos a sudar, a comer sano y a corregir la postura como si fuera una fiesta!!! ¡No hay tiempo que perder, el futuro de nuestra columna está en nuestras manos!!!

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    Daniel Munguia

    octubre 15, 2025 AT 09:49

    ¡Totalmente de acuerdo! 😊 El movimiento constante y esas pausas activas hacen una diferencia brutal en la zona lumbar. No olvides hidratarte y mantener la espalda alineada mientras trabajas. 💪

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    Manuel Alejandro Estrella González

    octubre 18, 2025 AT 21:09

    ¡Madre mía, si la gente dejara de comer churros y empezara a caminar, ya no tendría que escribir sobre dolores de espalda! Es que la vida es demasiado corta para cargar con kilos de más y sentir la columna como una tabla de planchar.

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