Después de la vacunación, muchos padres se preguntan: ¿debo darle antipiréticos a mi hijo para bajar la fiebre? La respuesta no es tan simple como parece. Durante años, se recomendaba dar paracetamol o ibuprofeno antes de la vacuna para evitar que el niño se sintiera mal. Hoy, la ciencia nos dice lo contrario. Dar estos medicamentos antes de la vacuna puede reducir la respuesta inmune del niño, y eso es algo que no debemos arriesgar.
¿Por qué la fiebre después de la vacuna no siempre necesita medicación?
La fiebre es una señal de que el sistema inmunitario está funcionando. Cuando se administra una vacuna, el cuerpo reconoce los componentes inactivos o debilitados del germen y empieza a fabricar anticuerpos. Este proceso puede elevar ligeramente la temperatura corporal. Es normal. De hecho, es una buena señal.
Según el Centro de Educación en Vacunas del Hospital de Niños de Filadelfia, entre el 24% y el 35% de los bebés que reciben la vacuna Prevnar 13 desarrollan fiebre en los días siguientes. Con la vacuna Pediarix, ese porcentaje sube al 28-39%. Pero la mayoría de estas fiebres son leves: entre 37,8°C y 39°C. En ese rango, no se recomienda dar medicamentos. El cuerpo necesita ese pequeño estímulo para aprender a combatir el virus o bacteria real en el futuro.
La doctora Wendy Sue Swanson, del Hospital Seattle Children’s, lo dice claro: “Dar medicamentos para bajar una fiebre leve puede interferir con la respuesta inmune natural del niño”. No estás ayudando a tu hijo si le das paracetamol por una temperatura de 38,5°C. Lo que estás haciendo es apagar una señal útil.
¿Cuándo sí debes dar antipiréticos?
La regla es sencilla: espera hasta que la fiebre supere los 39°C (102°F). Ese es el umbral en el que el malestar del niño puede ser significativo, y donde el beneficio de la medicación supera el riesgo de interferir con la inmunidad.
Si tu hijo tiene fiebre alta, está irritable, no quiere comer, parece muy cansado o tiene dolor de cabeza, entonces sí es momento de actuar. En esos casos, el paracetamol o el ibuprofeno pueden aliviar su malestar sin poner en riesgo la eficacia de la vacuna -siempre que los des después de la vacunación.
Un estudio polaco publicado en 2016 comparó dos grupos de bebés: uno que recibió paracetamol inmediatamente después de la vacuna, y otro que lo recibió solo cuando la fiebre ya estaba presente. Los resultados fueron claros: los bebés que tomaron medicamentos solo cuando la fiebre apareció desarrollaron niveles de anticuerpos tan altos como los que no tomaron nada. Pero los que recibieron medicamentos de forma preventiva tuvieron una respuesta inmune más débil.
El límite de tiempo: espera al menos 4 horas
Si decides dar antipiréticos, no lo hagas en los primeros 4 horas después de la vacunación. Ese es el periodo crítico en el que el sistema inmune está activando sus defensas. Dar medicamentos demasiado pronto puede apagar esa respuesta antes de que se complete.
Estudios como el publicado en la revista Pediatrics (PMID: 3059756) muestran que si se administra el paracetamol más de 4 horas después de la vacuna, no hay impacto negativo en los anticuerpos. Ese es el momento seguro. No necesitas esperar 24 horas. Solo 4. Después de eso, puedes darlo sin preocuparte.
Algunos padres piensan: “¿Y si mi hijo se desvela toda la noche con fiebre?”. La respuesta es: espera hasta que pase esa primera ventana. Si la fiebre no sube de 39°C, no es necesario intervenir. Si sube, y ya pasaron 4 horas, entonces sí, puedes dar el medicamento. Tu hijo se sentirá mejor, y su cuerpo seguirá haciendo su trabajo.
¿Qué medicamentos son seguros y cómo se dosifican?
Los únicos antipiréticos seguros para niños son el paracetamol (Tylenol) y el ibuprofeno (Advil, Motrin). Nunca des aspirina a un niño menor de 20 años. Está relacionada con el síndrome de Reye, una enfermedad rara pero grave que afecta el hígado y el cerebro.
Para bebés de 6 a 11 meses (entre 8 y 10 kg), la dosis recomendada es:
- Paracetamol: 1,25 ml de suspensión (120 mg/ml)
- Ibuprofeno: 2,5 ml de suspensión (20 mg/ml)
La frecuencia es:
- Paracetamol: cada 4 a 6 horas, máximo 4 dosis en 24 horas
- Ibuprofeno: cada 6 a 8 horas, máximo 4 dosis en 24 horas
Importante: no des paracetamol a bebés menores de 12 semanas sin consultar antes con un pediatra. Su hígado aún no está maduro para procesarlo de forma segura. El ibuprofeno tampoco se recomienda en menores de 6 meses, a menos que un médico lo indique.
La excepción: la vacuna MenB
Hay una importante excepción a la regla general. En el Reino Unido, el Servicio Nacional de Salud (NHS) recomienda administrar paracetamol después de la vacuna MenB, en las citas de las 8 y 16 semanas. ¿Por qué? Porque esta vacuna tiene una tasa de fiebre alta: hasta el 50% de los bebés desarrollan fiebre superior a 39°C tras recibirla.
La NHS no lo recomienda como medida preventiva, sino como intervención temprana para evitar complicaciones por fiebre muy alta. Se da en tres dosis: inmediatamente después de la vacuna, y luego a las 6 y 12 horas. Esto no reduce la respuesta inmune porque se administra después de la vacunación, y el cuerpo ya ha iniciado su respuesta.
En España y otros países, esta práctica no es estándar, pero si tu pediatra te lo recomienda por la alta probabilidad de fiebre en tu hijo, sigue sus indicaciones. Es una decisión basada en el riesgo individual, no en una regla universal.
Lo que no debes hacer
- No des antipiréticos antes de la vacuna, aunque el niño esté nervioso o tengas miedo de que se ponga mal. Eso puede disminuir la eficacia de la vacuna.
- No le des medicamentos por fiebre leve (menos de 39°C). La fiebre no es un enemigo, es un aliado.
- No lo envuelvas en mantas ni lo vistas con ropa excesiva. El calor acumulado puede elevar su temperatura aún más. Usa ropa ligera y mantén la habitación fresca.
- No le des antibióticos. La fiebre tras la vacuna no es una infección bacteriana. Los antibióticos no sirven y pueden causar desequilibrios en su microbiota.
Qué hacer si la fiebre no baja o empeora
La mayoría de las fiebres tras la vacunación desaparecen en 1 o 2 días. Pero si después de 48 horas sigue con fiebre alta, o aparecen otros síntomas -como vómitos, erupciones, dificultad para respirar, letargo extremo o convulsiones-, llama inmediatamente a tu pediatra.
Si tu hijo tiene menos de 12 semanas y desarrolla fiebre, consulta al médico antes de dar cualquier medicamento. En bebés tan pequeños, incluso una fiebre leve puede ser señal de una infección grave.
Alternativas no farmacológicas
Antes de recurrir a medicamentos, prueba estas estrategias naturales:
- Ofrece líquidos con frecuencia: agua, leche materna o fórmula. La hidratación ayuda a regular la temperatura.
- Da un baño tibio (no frío). El agua fría puede causar escalofríos y elevar la temperatura.
- Mantén la habitación ventilada y con temperatura agradable (alrededor de 20-22°C).
- Observa su comportamiento. Si juega, responde, come algo y sonríe, probablemente no necesitas nada más que paciencia.
La fiebre no es el enemigo. El miedo a la fiebre es lo que nos lleva a sobremedicar. Tu hijo no necesita que lo salves de cada pequeño síntoma. Necesita que lo protejas de los riesgos reales -y eso incluye no interferir con su sistema inmune cuando está aprendiendo a defenderse.
Conclusión: espera, observa, actúa con criterio
La vacunación es una de las herramientas más poderosas que tenemos para proteger a los niños. No debes arriesgar su protección por una fiebre pasajera. La clave está en el timing: no antes, sino después; no por miedo, sino por necesidad.
Recuerda:
- La fiebre leve (menos de 39°C) no necesita medicación.
- Espera al menos 4 horas después de la vacuna antes de dar cualquier antipirético.
- Usa paracetamol o ibuprofeno solo si la fiebre supera los 39°C y el niño está incómodo.
- Evita el paracetamol en bebés menores de 12 semanas sin supervisión médica.
- La vacuna MenB es la única excepción donde se recomienda un régimen de paracetamol después de la inyección.
Confía en el cuerpo de tu hijo. Él sabe lo que hace. Tu trabajo no es apagar la fiebre, sino acompañarla con calma, conocimiento y cuidado.