NSAIDs y Insuficiencia Cardíaca: Retención de Líquidos y Riesgo de Hospitalización

NSAIDs y Insuficiencia Cardíaca: Retención de Líquidos y Riesgo de Hospitalización
Gaspar Medrano 6 dic 2025 0 Comentarios

Monitor de Peso para Insuficiencia Cardíaca

¡Monitorea tu peso diario!

Si tienes insuficiencia cardíaca, un aumento de peso rápido puede ser signo de retención de líquidos. Un aumento de 1.5 kg en 2 días es una señal de alarma que requiere atención médica inmediata.

Usa esta herramienta para registrar tu peso diario y detectar cambios temprano. Siempre pesate por la mañana, antes de desayunar y con la misma ropa.

Importante: Si ya has tomado un NSAID en las últimas 48 horas, ¡ten especial cuidado! Los analgésicos como el ibuprofeno pueden causar retención de líquidos que no se notan hasta que es tarde.

Historial de Pesos

Si tienes insuficiencia cardíaca, tomar un analgésico común como el ibuprofeno puede ser más peligroso de lo que crees. Muchas personas lo usan sin pensar: para el dolor de cabeza, los dolores musculares o la artritis. Pero para quienes tienen el corazón debilitado, estos medicamentos pueden desencadenar una crisis que termina en la sala de emergencias. No es una advertencia hipotética. Es una realidad clínica respaldada por estudios de decenas de miles de pacientes.

¿Cómo los NSAIDs empeoran la insuficiencia cardíaca?

Los NSAIDs -como el ibuprofeno, el naproxeno, el diclofenaco o el celecoxib- funcionan bloqueando enzimas llamadas COX-1 y COX-2. Estas enzimas ayudan a producir prostaglandinas, sustancias que causan inflamación y dolor. Pero en los riñones, las prostaglandinas también ayudan a mantener el flujo sanguíneo y a eliminar el sodio y el agua. Cuando los NSAIDs las bloquean, los riñones no funcionan como deberían.

El resultado: el cuerpo retiene más sodio y agua. Eso aumenta la carga que debe soportar el corazón. Si ya está débil, no puede manejar ese exceso de líquido. La presión en las venas sube, los pulmones se llenan de líquido, y aparecen los síntomas: hinchazón en los tobillos, aumento rápido de peso, falta de aire incluso al caminar o acostado. En cuestión de días, una persona que estaba estable puede necesitar hospitalización.

Estudios como el realizado en Dinamarca en 2022 con más de 200,000 pacientes con diabetes tipo 2 mostraron que incluso tomar NSAIDs por solo 1 a 3 días aumenta el riesgo de hospitalización por insuficiencia cardíaca. El riesgo más alto se da en la primera semana: hasta un 88% más de probabilidades de terminar en el hospital. No importa si es un medicamento de venta libre o recetado. Todos tienen el mismo efecto.

No hay NSAID seguro para el corazón

Por mucho tiempo, se pensó que los NSAIDs selectivos, como el celecoxib (Celebrex), eran más seguros porque no irritaban el estómago. Pero la realidad es diferente. Estos medicamentos afectan los riñones exactamente igual que los tradicionales. La Agencia de Medicamentos de Nueva Zelanda lo dejó claro en 2019: todos los NSAIDs, sin excepción, aumentan el riesgo de retención de líquidos y descompensación cardíaca.

Algunos estudios sugieren que el naproxeno podría tener un perfil ligeramente menos riesgoso que otros, pero incluso eso no lo hace seguro. La Sociedad Europea de Cardiología y la Asociación Americana del Corazón coinciden: ningún NSAID es recomendable para personas con insuficiencia cardíaca. La recomendación es clara: evitarlos por completo. No hay dosis baja que sea “segura”. No hay duración corta que no tenga riesgo. La evidencia es contundente: incluso pequeñas cantidades pueden ser suficientes para desestabilizar un corazón ya frágil.

¿Qué pasa si ya lo tomaste?

Si tienes insuficiencia cardíaca y has tomado ibuprofeno o naproxeno recientemente, no te asustes, pero sí actúa. Observa tu cuerpo. ¿Has ganado peso en 24 o 48 horas? ¿Te sientes más hinchado de lo normal? ¿Te cuesta respirar cuando te acuestas? Estos son signos de retención de líquido. Puedes medir tu peso diariamente, preferiblemente por la mañana, antes de desayunar y con la misma ropa. Un aumento de 2 kg (4.4 lb) en 2 días es una señal de alarma.

En muchos casos, los pacientes lo notan antes que el médico. Un usuario en una comunidad de pacientes con insuficiencia cardíaca contó que tras tomar dos pastillas de 400 mg de ibuprofeno, ganó 4.5 kg en 72 horas. Eso no es coincidencia. Es un efecto directo del medicamento. Si notas estos síntomas, deja de tomar el NSAID inmediatamente y contacta a tu médico. No esperes a que empeore.

Una persona pesa y sube 4.5 kg, con una botella de paracetamol segura al lado, estilo Memphis.

¿Qué puedes tomar en lugar de los NSAIDs?

La alternativa más segura para el dolor leve o moderado es el paracetamol (acetaminofén). No tiene efecto antiinflamatorio, pero sí alivia el dolor y la fiebre sin afectar los riñones ni causar retención de líquido. Es la opción recomendada por las guías internacionales para pacientes con insuficiencia cardíaca.

Para el dolor crónico, como el de la artritis, existen otras estrategias: fisioterapia, calor local, ejercicios suaves, o incluso tratamientos con inyecciones de corticoides en las articulaciones, bajo supervisión médica. En algunos casos, se pueden usar medicamentos específicos para el dolor neuropático, como la gabapentina, si el dolor tiene ese origen.

Lo que no debes hacer es automedicarte. No confíes en la etiqueta de “sin receta = seguro”. Eso es un mito peligroso. Muchos pacientes con insuficiencia cardíaca no saben que los medicamentos de farmacia son tan riesgosos como los recetados. Una encuesta de la Asociación Americana del Corazón en 2018 reveló que el 37% de los pacientes con insuficiencia cardíaca habían tomado NSAIDs sin saberlo, y el 62% de ellos tuvieron una descompensación que requirió atención médica urgente.

¿Por qué los médicos aún los recetan?

Es una paradoja. Las guías médicas son claras desde hace años: evitar los NSAIDs en insuficiencia cardíaca. La Sociedad Europea de Cardiología los clasifica como “contraindicados” (clase III: peligro demostrado). Aun así, un estudio de 2020 encontró que el 15.7% de los pacientes con insuficiencia cardíaca seguían recibiendo recetas de NSAIDs dentro del primer año tras su diagnóstico. En quienes tenían insuficiencia con fracción de eyección conservada, esa cifra subía al 22.3%.

La razón no es negligencia, sino falta de comunicación. Muchos médicos de atención primaria no revisan los medicamentos de venta libre que toman sus pacientes. Los pacientes no mencionan que toman ibuprofeno por el dolor de espalda, porque no lo consideran “medicina”. Los familiares lo compran por ellos pensando que hacen un favor. Y los pacientes, a menudo, no saben que hay riesgo.

La FDA y la EMA exigieron advertencias en las etiquetas desde 2013 y 2020, respectivamente. Pero la información no llega. Solo el 43% de los médicos de atención primaria preguntan sistemáticamente sobre el uso de NSAIDs durante la revisión de medicamentos, según un estudio de 2021.

Un médico y paciente frente a pastillas peligrosas, con paracetamol como única opción segura, estilo Memphis.

¿Qué puedes hacer para protegerte?

La protección empieza contigo. Aquí hay acciones concretas:

  1. Revisa todos tus medicamentos: incluyendo los de venta libre, los suplementos y los que te dan amigos o familiares. Busca nombres como ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco, celecoxib, ketoprofeno, indometacina.
  2. Consulta con tu médico: pregunta si cualquier medicamento que tomas puede afectar tu corazón. No asumas que “es solo un analgésico”.
  3. Usa paracetamol como primera opción: para dolor, fiebre o molestias leves. No es perfecto, pero es el menos riesgoso.
  4. Pesate diariamente: si ganas más de 1.5 kg en 2 días, llama a tu médico. Eso es un signo temprano de retención.
  5. Informa a tu familia: que sepan que los NSAIDs son peligrosos para ti. Que no te compren ibuprofeno “por si acaso”.

La Asociación Americana del Corazón ya está desarrollando una app para pacientes con insuficiencia cardíaca que alertará cuando intenten comprar un NSAID en línea o en la farmacia. Llegará en 2025. Pero tú no puedes esperar. Hoy puedes empezar a protegerte.

¿Qué pasa si no tengo otra opción?

En casos extremos -como un dolor severo que no responde a nada más-, un médico podría considerar un NSAID por un tiempo muy corto, con monitoreo estricto. Pero eso es excepcional. No es la norma. Y nunca debe hacerse sin supervisión médica directa.

Si se llega a ese punto, se usará la dosis más baja posible, por el menor tiempo posible, y se monitoreará el peso, la presión arterial y los niveles de sodio y creatinina en sangre. Pero la realidad es que, en la práctica, incluso estos casos terminan mal con frecuencia. El registro global de insuficiencia cardíaca de 2024 mostró que los pacientes expuestos a NSAIDs en los 30 días posteriores a su alta tienen un 28% más de probabilidades de volver al hospital.

La mejor opción sigue siendo evitarlos por completo.

¿Puedo tomar aspirina si tengo insuficiencia cardíaca?

Sí, la aspirina en dosis bajas (generalmente 75-100 mg diarios) para prevenir coágulos es segura en la mayoría de los pacientes con insuficiencia cardíaca, especialmente si tienen antecedentes de infarto o enfermedad arterial. A diferencia de otros NSAIDs, la aspirina no causa retención de líquidos significativa a estas dosis. Sin embargo, siempre debes confirmarlo con tu cardiólogo, ya que en algunos casos específicos puede no ser recomendada.

¿El paracetamol es completamente seguro para el corazón?

El paracetamol es la opción más segura disponible para el dolor en pacientes con insuficiencia cardíaca, ya que no afecta los riñones ni causa retención de líquido. Sin embargo, no es inofensivo. Tomar dosis altas (más de 4,000 mg al día) durante mucho tiempo puede dañar el hígado. Usa siempre la dosis mínima necesaria y no lo combines con alcohol. Si tienes enfermedad hepática, consulta con tu médico antes de usarlo.

¿Por qué los medicamentos de venta libre son tan peligrosos para mí?

Porque los pacientes asumen que “si se vende sin receta, no puede ser peligroso”. Eso es un error. Los NSAIDs de venta libre son los mismos medicamentos que los recetados, solo en dosis más bajas. Pero en personas con insuficiencia cardíaca, incluso una pastilla puede ser suficiente para desencadenar retención de líquido. Además, la gente los toma con más frecuencia y por más tiempo, lo que aumenta el riesgo. La mayoría de los casos de hospitalización por NSAIDs vienen de medicamentos comprados en la farmacia, no de recetas médicas.

¿Qué síntomas debo vigilar si ya tomé un NSAID?

Fíjate en: aumento de peso rápido (más de 1.5 kg en 2 días), hinchazón en tobillos, piernas o abdomen, dificultad para respirar (especialmente al acostarte o al caminar), necesidad de dormir con más almohadas, orinar menos de lo normal, o sentirte más cansado de lo habitual. Si notas alguno de estos síntomas, deja de tomar el medicamento y llama a tu médico inmediatamente.

¿Los diuréticos que tomo para la insuficiencia cardíaca me protegen de los NSAIDs?

No. Los diuréticos ayudan a eliminar líquido, pero no pueden contrarrestar completamente el efecto de los NSAIDs. Cuando tomas un NSAID, tus riñones dejan de funcionar bien y ya no responden bien a los diuréticos. Eso significa que el líquido se acumula más rápido de lo que tus medicamentos pueden eliminar. Por eso, incluso si tomas diuréticos, los NSAIDs siguen siendo peligrosos.